Por Rodolfo Ramirez
Aunque la frontera en Elías Piña permanece abierta, el comercio binacional —que durante años sostuvo la economía de la provincia— atraviesa una crisis profunda. El problema no está en el cierre oficial del paso, sino en la ausencia casi total de los compradores haitianos, quienes han dejado de cruzar por miedo a las bandas armadas que operan cada vez más cerca del lado haitiano de la frontera.
Durante más de una década, el paso fronterizo de El Carrizal fue símbolo de estabilidad y dinamismo económico entre República Dominicana y Haití. Toneladas de productos dominicanos cruzaban a diario hacia el vecino país. Hoy, el panorama ha cambiado de forma drástica: los camiones están varados, los sacos de mercancía se dañan y la incertidumbre crece.
“Los efectos son devastadores: mercancías dañadas, productos vencidos, deudas acumuladas con los bancos, pérdidas que nadie reembolsa”, lamenta Ulfero Zabala, comerciante local.
Los comerciantes dominicanos afirman que la raíz del problema no está en el territorio dominicano, sino en la violencia e inseguridad que reina en Haití. Con las bandas armadas extendiendo su influencia hacia áreas próximas a la frontera, los grandes compradores haitianos han optado por no arriesgarse a cruzar, afectando de forma directa el flujo comercial.
Frente a esta parálisis, los comerciantes han pedido al gobierno dominicano flexibilizar los controles y permitir ventas en puntos alternativos o informales cerca del área fronteriza, como medida temporal para reducir las pérdidas. Sin embargo, las autoridades no han dado luz verde a esa opción, argumentando razones de seguridad y control aduanero.
“Cada saco de arroz sin vender, cada camión detenido, cada préstamo sin pagar… es una herida abierta en el alma económica de Elías Piña”, expresan con preocupación los afectados.
Aunque reconocen que la solución de fondo no está en manos del gobierno dominicano, los comerciantes insisten en que se necesitan medidas extraordinarias para enfrentar una situación que califican como una catástrofe económica en desarrollo.
La frontera sigue abierta, sí, pero para los comerciantes de Elías Piña, la puerta al sustento parece cerrada
TD: PELRD
