
Jueves de TBT, Jueves de Caridad
Por: Ing. Rafael A. Sánchez C.
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32 (RV1960)
La humanidad enfrenta un fenómeno sin precedentes: la suplantación de identidad y voces mediante inteligencia artificial. Lo que hace apenas unos años parecía ciencia ficción hoy se ha convertido en una amenaza tangible, con capacidad de destruir reputaciones, distorsionar realidades y manipular sociedades enteras.
La inteligencia artificial generativa, especialmente en su uso no regulado, permite crear imágenes, audios y videos falsos con un grado de realismo estremecedor. Se han documentado casos donde celebridades, empresarios, políticos y deportistas han sido víctimas de montajes con fines de extorsión, manipulación política y difamación. Un estudio reciente de la Universidad de Stanford (2024) reveló que el 73 % de los usuarios de internet no logra distinguir un video real de uno falso creado con IA.
El peligro es evidente: si la voz de una persona, su rostro o su estilo pueden clonarse sin su autorización, ¿qué queda de la verdad y de la confianza social? El célebre filósofo romano Cicerón advertía: “Nada es más increíble que la verdad.” Y hoy, en esta era digital, esa sentencia adquiere un valor profético.
La Suplantación y su Detección Técnica
Al igual que existe el espionaje, existe también el contraespionaje digital. Ya no basta con detectar el mensaje falso: se requieren herramientas que identifiquen el origen exacto de la manipulación. Los laboratorios forenses digitales recurren a técnicas avanzadas de rastreo de direcciones IP y triangulación de servidores proxy, al análisis de huellas digitales en archivos que permiten detectar alteraciones, al examen espectral de la voz para diferenciar registros naturales de frecuencias sintéticas, así como a sistemas basados en blockchain que autentican y sellan la veracidad del contenido antes de su publicación.
Estas metodologías, unidas a marcos legales firmes, deben aplicarse de manera urgente. Europa y Estados Unidos ya discuten legislaciones que contemplan sanciones penales y elevadas multas para quienes empleen estas tecnologías con fines maliciosos, mientras que en América Latina todavía se percibe un notable rezago normativo.
Como decimos en mi natal Vallejuelo: “Mientes, mientes, que algo queda”. Pero ese “algo” en la era digital puede ser devastador: arruinar carreras, manipular elecciones o quebrantar la confianza en instituciones.
Caso Documentado: Soto, Canó y Caminero
En días recientes circuló un video manipulado en el que se utilizó la voz del pelotero dominicano Juan José Soto Pacheco para emitir supuestas declaraciones en contra de Robinson Canó y Junior Caminero. La grabación, elaborada con técnicas de clonación de voz mediante inteligencia artificial, imitaba con precisión su tono y estilo de habla, presentándolo como si se tratara de un testimonio auténtico.
Al analizar el material, expertos en audio forense detectaron irregularidades en los metadatos, distorsiones en la compresión y anomalías en la cadencia armónica, todas ellas propias de contenidos artificialmente generados. La difusión masiva del video en redes sociales tuvo como único objetivo sembrar discordia y afectar la imagen de deportistas que representan con orgullo a la República Dominicana. Estos actos, lejos de ser “bromas digitales”, constituyen un ataque directo a la dignidad y a la credibilidad de figuras públicas.
El escritor inglés George Orwell, en su obra 1984, advirtió: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.” Hoy, esa verdad debe ser defendida con ciencia, tecnología y ley.
Llamado a la Sociedad
Es urgente educar a la ciudadanía para aprender a distinguir el contenido verdadero del manipulado. La verificación de fuentes, la comparación de informaciones y la capacidad crítica deben convertirse en hábitos cotidianos. No podemos aceptar que la mentira digital se normalice como parte del discurso público.
La inteligencia artificial, en esencia, es una herramienta. En manos sabias, contribuye a curar enfermedades, optimizar procesos, prevenir catástrofes y mejorar la vida humana. En manos perversas, se convierte en un arma peligrosa que destruye reputaciones, manipula conciencias y distorsiona la realidad. La responsabilidad recae en nuestra capacidad de regular, sancionar y educar para un uso ético y transparente.
Hoy, en este jueves, hago un llamado a la compasión y a la justicia: no permitamos que la mentira digital suplante la esencia humana. La verdad, como nos recuerda la Escritura, es el camino hacia la verdadera libertad.
Escrito por: Ing. Rafael A. Sánchez C.
DIOS ES BUENAZO…!!!